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La Salvación del Alma humana por la muerte de Cristo

La Salvación del Alma humana por la muerte de Cristo
Dios comunica a sus ángeles que el ser humano ha sido dotado de un alma a imagen y semejanza del Creador… desde ese día los Ángeles tienen una nueva misión:

     “Proteged a la Humanidad y servidla para que aprendan a amar a Dios y a amarse los unos a los otros"
 
El príncipe celestial llamado Lucifer no acepta la voluntad de Dios y se niega a servir a la Humanidad. Considera que los seres humanos son inferiores. Reúne a los ángeles rebeldes e inicia su ataque:
  
  “Y hubo una guerra en el Cielo… Satanás y sus ángeles fueron derrotados y expulsados del Cielo… arrojados al Infierno… “
 
Siglos después Satanás desafía de nuevo a Dios:
 
  “Si tanto amas al ser humano por qué no te conviertes en uno de ellos, vive y padece como ellos”.

El Señor acepta el desafío de Satanás pero exige algo a cambio de su sacrificio:
  
“si el Verbo se hace carne y soporta el sufrimiento que le espera, los pecados del hombre morirán con la muerte de su cuerpo, y sus almas serán enviadas al Cielo."
Satanás acepta las condiciones:
  
“De acuerdo, pero si en algún momento te retiras de tu destino humano y huyes de la Cruz, las almas pecadoras serán mías para siempre”. 
  
   Por ello Cristo, como hombre, padece las continuas visitas de Satanás en forma de tentación para que se retire de su camino. Es tentado cuando se retiró al desierto y cuando en el Huerto de los Olivos de Jerusalén esperaba su Pasión y Muerte en la Cruz.
Cristo no cedió ante Satanás, y continuó su misión. Transmitió a la Humanidad su mensaje de Amor y aceptó la cruz siendo consciente de su cercana victoria… su muerte suponía la salvación del infierno de las almas humanas.

Cristo resucitó triunfante al tercer día de su muerte… Satanás había sido derrotado, ya no podía apoderarse de las almas humanas pecadoras…
 
 Desde aquel día, Satanás tuvo que conformarse con intentar destruir a la Humanidad en su vida terrenal, pues más allá de la muerte nada puede gracias a la victoria de Cristo.
Por todo ello, Satanás intenta que el ser humano renuncie y olvide a Dios en su vida terrenal… siembra en el corazón del hombre las semillas del odio, la mentira, la ira, el egoísmo y la vanidad…
Satanás sabe que ha perdido las almas humanas pero intenta que el hombre se destruya para hacer sufrir al Creador…“Si no puedes destruir a quien odias destruye a sus seres amados"

 Los seres humanos podemos combatir a Satanás en nuestra vida en la Tierra de dos formas coincidentes con los 2 grandes mandamientos que Cristo nos enseñó:
- Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser.
- Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Esta es nuestra lucha, la lucha del Amor, este ha de ser el sentido de nuestra vida… lograr con nuestro Amor que este mundo sea Tierra divina y no un infierno satánico de mentira, odio, egoísmo y guerras…

Nunca dejes de amar a aquel que te dio la vida y  salvó tu alma del infierno…Amén.


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